Verdades...

En este punto de verdades,
la vida me patea los cojones
y no es por que ella quiera,
es porque sigo de tras de ella.
De frente y adelante,
sería más divertido,
pero aprendí lo divertido,
de ocultar lo negativo.
Más fácil seguir sentado,
dejando pasar el tiempo,
más fácil vivir sentado,
muriendo con el pasar del tiempo.
Una fuente de vida,
que no satisface,
que se lleva mi mayor tesoro,
sin permitirme derrocharlo yo solo.
Una conexión frágil,
porque sigo sin fortalecerla,
me aferro del pasado,
parece no construyo futuro.
Las cosechas se acabaran,
las semillas son pocas,
pero siguen dando frutos,
inspiración es lo único que florece.
Perdida de anhelos juveniles,
acomulando edad de cansancio,
del que pienso que pesa,
pesa más mi desanimo.
Grito algunas verdades
para acallar las cobardías,
no quiero consejos inútiles,
quiero restregarme la realidad.
No es una letra motivacional,
es critica de agudo sentido,
incisivo colmillo de fiera,
para arrancar la maldita hiedra.
Suelto los animales infectos,
que surjan sus sonidos guturales,
que sacudan mi mente con su furia,
despertar de un letargo inducido.
Puños de rabia creciente,
por no desechar lo innecesario,
por revolcarme en el lodo,
aquel formado del conformismo.
No deseo ya mi rescate,
no si viene lleno de lastimas,
paso adelante con mucho dolor,
dolor que yo quise traer a cuestas.
Romper lazos de inocencia,
centrar mi desequilibrio,
romper un corazón lleno de miedos,
construir todo cimiento de nuevo.
Verdades que debo comprender,
romper pilares inservibles,
construir con nuevos cimientos,
basarme en lo que no quiero entender,
que no basta solo levantarse,
que es necesario esquivar las piedras,
las piedras con las que sigo cayendo,
algunas ya las llevo acuestas,
destruir lo fétido,
para crear con solidez.
Al final...
son Verdades,
pero son mías y de nadie más,
este grito es para mi,
pues solo yo lo escuchaba
y hoy deseo apagar.