viernes, 16 de octubre de 2015

Treinta y tres.


La felicidad de llegar a esta etapa, 
donde algunos la dejaron de tras de ellos... 
para siempre, con un legado de vivencias,
la cual estoy por empezar, deseando superar.

Quiero caminar por mi cuenta con fortaleza...
por mi propio sendero, observando el ya hecho,
pero no niego que deseaba honrar su importancia
hacer referencia a su recorrido, que empiezo mañana.

Destacar mi llegada con salud y amor,
esa felicidad que se  ha formado
con todos los que me han acompañado,
familia, amigos y aquella que toma mi mano.

En renglones numerados de mi inspiración
he de redundar sobre el tema central,
siempre dándole realce a lo que hoy quiero compartir,
celebrar mi paso por este mundo creado por Dios.

En veces solitario, anduve con tacto,
guiándome solo por mis anteriores pasos,
por vivencias de otros que no deseaba repetir
y queriendo aprobaciones de muchos con mi vista corta.

Del polvo del suelo dónde caí muchas veces
limpie ese rostro lloroso de niño inocente,
sacudí y enjuague mis rodillas raspadas,
pero siempre hice por levantarme, aún con dolor.

Qué no es sencillo continuar con errores acuestas,
pero implica trabajo, mucha perseverancia;
algo que me heredo mi madre en mi ser,
que me inculca con el ejemplo de su lucha diaria.

La soledad y el querer aprobación se fueron hace tiempo de mí,
pero el aprendizaje no dejara de seguir,
pues como detener el deseo de crear,
en un corazón que se hincha por... 

abrir los ojos durante treinta y tres otoños.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario