lunes, 5 de octubre de 2015

Ocio...

De tarde en tarde,
recuerdo esas veces 
cuando me pierdo en la flojera...
Música a todo volumen,
unas frías y mi libreta,
letras que fluyen,
de poco a poco formando oraciones,
párrafos para poemas,
prosa para hablar de frustraciones,
dramas para descargar tristeza,
el limite fue la vida que sigue.
Manos para rascarme...  el ombligo,
unas frituras de las que más gustan,
aburrido aviento la libreta,
prendo la tele, matando neuronas.
De nuevo aburrido,
prendo un cigarrillo y me pierdo,
con el humo saliendo, 
le doy un trago a la cerveza,
olvido el mundo,
me pierdo en lo mismo.
La vida sigue por fuera,
yo detengo la mía,
me sumerjo en olvido,
solo gustoso de lo mío,
pasen o no las horas, 
los músculos se atrofian más.
Detrás se quedan las horas de juego,
cuando el básquet era vida,
cuando los tenis importaban,
de borracheras con los compas
eran el termino de la duela recorrer.
Ya no estimula esas mujeres sexis,
pero siempre huecas,
el ocio se amarra a mis pies,
firme creció a mi lado,
perdido en el ocio,
cierro el circulo,
nadie entra y solo estoy,
recorriendo en banalidades me la paso,
dejando que Cronos se revuelque,
mis gustos no comparte su marcha,
como sea, donde sea, sigue fluyendo,
ese ocio que tanto me ha ocupado.


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