¿Ya es tarde para escribirte?
Cuanto tiempo tuve que esperar para escribirte,
decirte lo mucho que te quería, lo hice,
pero no plasme este sentir con palabras.
Recuerdo verte de pequeña, una bebé,
por circunstancias deje de ver a todos mis primos,
de parte de mi padre, verte de nuevo...
fue conocerte a ti y a varios de ellos nuevamente.
Como en aquella ocasión en que descubrí
ese hermoso ser que existía en ti,
pasamos una hermosa tarde conviviendo,
paseando por el centro de León
y platicando de nuestros intereses personales,
desde ese día quede prendido de tu ser, mi querida primita.
Los planes que nunca pudimos realizar, pero nos ilusionaban,
convivir con los primos y así disfrutar de su compañía;
esa relación fraternal que construimos en tan poco tiempo,
saber de tu enfermedad me dolía mucho
e intente estar más cerca de ti aún por llamadas,
pero se me complicaron muchas cosas y deje de buscarte seguido.
Dolía no poder tener esos medios,
pues un compromiso me tiene absorbido,
lo mejor era que lo entendiste siempre,
nunca me negaste una llamada,
saber lo que me querías, me llena de orgullo.
El cariño era mutuo y gozoso, por ti me inspiro,
eres mi prima, me inspiras, eres un ejemplo
y quiero verte como una musa, un Ángel.
Si Él te permite leer esto...
espero que sea estando con tu familia,
con todos lo que te queremos y admiramos,
escribir algo bonito y alegre, que te ponga contenta,
el que pueda volver a verte, sería de lo más hermoso.
Te quiero Judith Gaona Bonilla,
aún no habrás tus alas primita, quédate...
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