En la impotencia del límite,
donde no existe un futuro cierto,
se revuelve entre lo matizado a gris
y no ve donde hay negro y blanco...
En tantas caídas se ha dejado llevar,
que el rumbo de su barca lo dejo
en un tal, "triángulo de las bermudas"...
Donde hacer o ser el bien para "el caído",
ya no es una acción a conjugar,
donde sus límites solo él conoce,
donde varios han creído que es o ha hecho,
para él, lo normal ya no tiene tantos limites,
tal vez no exista total malicia en el corazón,
pero al no controlar su alrededor,
sus acciones ya no son tan puras,
como él quería que lo fueran...
... moviéndose entre lo correcto
y lo que prefiere hacer...
él va dando tumbos.
Sus acciones siempre impulsivas,
pierden en algunas ocasiones,
razón alguna de ser,
por desilusiones de la vida,
tal vez de seres queridos,
de amistades que no fueron sinceras,
de amores que no le dieron el valor adecuado
y él, menos supo comprender...
Las acciones tienen consecuencias
y sabiéndose fuerte para afrontar errores,
decide equivocarse más de una vez,
con la misma situación, tropezar
con esa misma piedra manchada de dudas...
Con ese defecto de soberbia,
que termina por romper lo positivo,
en consejo tirados a la basura,
entre los tomados en cuenta,
deja seres cercanos en el camino,
a sabiendas de la soledad,
más se aferra, a lo que cree,
no lo lastimaría más aún...
Tomar decisiones sin razón,
pudiéndose cambiar, no deja de ser
esa adrenalina para su corazón...
golpes concretos de entusiasmo,
por querer cambiar lo negativo...
Aún entre sus dudas, él...
...él quiere levantarse nuevamente,
a pesar de las cadenas en sus tobillos,
a pesar de eso que lo tiene aquí
y caído en sus lamentaciones...
...él sabe que un futuro planeado
no sería tan adverso,
por eso busca un nuevo curso,
para su barca desubicada,
para seguir avanzando y no detenerse
a que le hagan otra balada...
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