Equivoqué
el paso a seguir
después
de tu partida,
cuando
dejaste rotas las ilusiones
abrí los
ojos como se debía.
El amor
fue una capa de humo
que
respire asta meterlo en el corazón,
jugué a
ser Casanova, vulgar Don Juan
que solo
se hundió en la soledad
del borde
en que me dejaste...
y ya
nadie fue como tú...
Hui a lo
más cómodo
queriendo
escapar de tu influencia,
pero solo
recordando él porque
de mi
cambio, empecé a sentirme mejor.
Después
vino todo el presente
donde ni
tú, ni otro recuerdo pasado
están
para mí...
solo la
experiencia de lo vivido.
Y la
experiencia se fue por el caño,
la
nostalgia nublo mi juicio,
perdiéndome por mi
debilidad por ellas
mi
adoración las mujeres,
creyendo
en un ideal, me deje llevar al límite...
Hoy el
presente se yergue indómito,
inhóspito
a mi frágil fortaleza,
incontrolable
variación de sucesos,
solo un
brusco giro me dejara libre,
en libre
caída a lo desconocido...
incierto,
pero el más tranquilo futuro.
No sin
llevarme decepciones
de lo que
nunca pude controlar,
de
aquello que jugué al azar,
con el
caballo más salvaje,
montado a
pelo, sin rumbo en la pradera,
destino
nublado al final del día...
Con un
cambio drástico
me suelto
del trabajo del gigante Atlas,
siguiendo
de pie y sin la carga
que de
rodillas me tubo,
aún eres
recuerdos en nueva aventura
con
aspiraciones diferentes
y
aspiraciones nacientes
en un día
que se abre al sol brillante.
Con el
apoyo de amistades, de seres queridos
mis
acciones no se detuvieron ya,
la
determinación regresa
con
jornadas de descanso;
con las
nubes a mis espaldas
y un
atardecer esperándome
me retiro
relajado a otro día
al
resguardo de la noche...
... se difumina la insólita
frustración.
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