Estas ganas...

Estas ganas...
De beber de tu dulce licor,
del fruto tuyo, similar al durazno,
jugoso es por naturaleza,
miel cristalina de la que pruebo
de gota a gota, sumando miles...
Inundo mi olfato del aroma
más suave, más indispensable,
mejor que el de mil flores
y si fuese de una flor,
pétalo por pétalo tomaría
para comerlos en una nieve
o un masaje con cada uno,
para deleitarme con ellos,
por cada poro de mi piel...
Delirio con cursis momentos,
donde he de perderme por ti...
por tu suave gorgoreo de ruiseñor,
ese que me endulza mis oídos,
con todas las notas musicales,
de ese vibrante aterciopelado
al decir mi nombre lentamente,
de ese hipnotizan-te cantar
al despedirte de mi persona...
Estas ganas...
Sí, estas ganas de tenerte
una vez y otras veces más,
eres susurro de mil diosas,
creación de inmaculada belleza...
eres... estas ganas...
de saberte más que real...
etérea sería mejor...
¿Por qué? Importa tanto,
si todo lo que necesito
es decirte que mía eres...
de... estas ganas...
de saberte mi creación más perfecta...
Sin tocarte, más allá de esta imaginación...
más allá de esta locura,
que logra crear con inspiración
y... estas ganas...