martes, 11 de marzo de 2014

Vista sin igual.

Ese cuerpo tuyo que me enloquece,
que se lleva mi frágil quietud,
impetuosa belleza, que aturde
a mi sentido de la vista.
Ese cuerpo que se pierde
entre mis ojos cafés
y hace que las pupilas
se dilaten aun punto doloroso.
Ese cuerpo curvilíneo cuasi perfecto
que engancha mi atención,
vuelo furioso de mi imaginación
a un abrumante deseo de palparlo.
De saberlo terrenal y tan real
en mis manos comprobarlo
y corromper su grácil inocencia
en un deseo sincero de sentirlo.
Ese cuerpo que anhele en húmedos sueños
dónde eran tan reales, que despertaba
para comprobar esa existencia
tan irreal, tan perfecta a mis sueños.
El goce de mis ojos,
explotaba en placer al procesar
de tu incitante imagen,
que inundaba mi cerebro
de miles de endorfinas,
casi toxicas por la acumulación.
Ese rostro angelical que provoca
toda clase de pensamientos,
sentimientos de amor y ternura
por esa mirada dulce y tranquilizante.
Lujuria de hombre inmundo,
que despiertas al ver tu cuello
tan esculpido como el del cisne,
donde iniciaría mi recorrido pecaminoso
por tu escultural exterior,
perderme en ti mujer
es uno de tantos pensamientos.
Me vuelvo obsceno por ti,
por esa vista sin igual,
me apaciguo si veo tu rostro,
me siento culpable
si me ves a los ojos y adivinas
este fuego interior que provocas
en mi interior y en todos mis sentidos.
Vista sin igual
y rendirme a tus pies quisiera,
pero no lo negare,
me enloqueces por tu...
vista sin igual...

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